Lia Marrone


Lo que me quiero llevar, 2015


Diseño digital a partir de dibujo en tinta y pintura en acuarela sobre papel.

Dimensiones variables

 

Es un cadáver exquisito visual, en el que coexisten elementos aparentemente disociados, pero que guardan ciertas relaciones entre sí. Algunos de los objetos que incluyo son cotidianos, utilitarios, artificiales; y se oponen a lo orgánico, lo vivo, representado por los insectos. Las figuras funcionan como módulos que componen una trama.

Son dibujos espontáneos, en los cuales abarco casi todo el soporte, sin reparar demasiado en la composición ni en la escala. A su vez, en el proceso de trabajo observo un recorrido de lo manual a lo digital. Ese recorrido no es lineal, sino que se va trazando en diferentes direcciones.

El de los insectos es un universo que me atrae por la coexistencia de la belleza y la fealdad. Son seres pequeños, que pasan inadvertidos para muchos, que suelen despertar rechazo, impresión y temor. Sin
embargo, desde una mirada más cercana, podemos notar su belleza. Encierran misterios y generan asociaciones. De hecho, han sido empleados como símbolos por diferentes culturas a lo largo de la historia e incluso en la actualidad.

La motivación de esta serie tiene que ver con reivindicar a unos seres ignorados o enfocar la atención en ellos. Asimismo, otra de las cuestiones presentes en muchos insectos es la de una metamorfosis paulatina, el pasaje de un estado a otro. En este proceso, algo permanece y algo cambia.

A partir de un diálogo entre las representaciones de insectos y el concepto de metamorfosis, fui estableciendo conexiones entre los insectos y algunos objetos referentes al ser humano.

Por su parte, los objetos que incluyo, aparentemente insignificantes, nos proveen de un ámbito conocido y seguro, nos crean un hábitat. Nos identifican y constituyen al punto que solemos advertir su valor y utilidad cuando están ausentes.